(Mujeres Españolas, Isabel Ruiz Ruiz)
Rosalía de Castro fue una de las figuras más emblemáticas del Rexurdimento gallego.
Hija de un sacerdote y de una mujer de familia noble venida a menos, fue bautizada como hija de padres desconocidos. Durante sus primeros años de vida estuvo a cargo de sus tías paternas. En esta época constató la dureza de la vida en el campo gallego y tomó conciencia de la lengua, las costumbres y creencias que influyeron en su obra.
Durante su vida tuvo que afrontar numerosas dificultades (descubrimiento de sus orígenes ilegítimos, delicada salud, muerte de dos de sus hijos, estrecheces económicas...) que la impregnaron de una tristeza trasladada también a su obra. En ella ofrece una visión desoladora del mundo y de la vida, con un tono intimista y estilo sencillo y directo.
Aquí tenemos uno de los más bellos poemas de esta gran soñadora que es Rosalía de Castro, incluido en su libro En las orillas del Sar:
Dicen que no hablan las plantas
Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
De mí murmuran y exclaman:
“Ahí va la loca soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.”
Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros, ni cómo vivir sin ellos?
