La figura de Kafka ha fascinado a numerosos lectores desde la publicación de obras suyas como la Metamorfosis. Del mismo modo, este personaje apocado, pero de inmenso talento, ha inspirado a numerosos autores en todos los sentidos.
Es el caso de Jordi Sierra i Fabra y su deliciosa novelita Kafka y la muñeca viajera. Se trata de la recreación de un episodio real de la vida de Kafka, contado por su entonces novia, pero del que se tienen muy pocos datos. Ante esta carencia de información, la imaginación de Sierra i Fabra ha conseguido crear una novelita original y tierna, donde sin duda está presente la capacidad creativa del autor checo. Ya muy enfermo, durante su estancia en Berlín, Kafka se encuentra un día en el parque con una niña desconsolada por la pérdida de su muñeca. El consuelo de un escritor solo puede llegar a través de las palabras. Así, inventa una dulce historia según la cual la muñeca se ha marchado de viaje, pero no olvida a su amiga, y cada día le escribe una carta de los más diversos paraderos: Londres, París…
Kafka, el cartero de muñecas y lector de las cartas, pone a prueba su imaginación y su capacidad creativa para estar a la altura de las demandas literarias de una pequeña niña, quizá su público más selecto y exigente.
Como digo, si la obra de Kafka nos sigue intrigando y atrayendo, su vida (en su faceta más humana) no lo es menos. Eso es lo maravilloso de la literatura, que no queda encerrada en las páginas de un libro, sino que tiene una capacidad inspiradora reproduciéndose en forma de nuevos libros.
O tal vez, podáis seguir el camino a la inversa y leer esta novela de Sierra i Fabra para después descubrir la inquietante obra del autor checo: La Metamorfosis.
¡Todos los caminos son válidos en la literatura!
Aquí tenéis algunos fragmentos:
“- Era maquinista de tren.
- ¿Sí?
Los ojos de Elsi se convirtieron en lunas. (…)
- ¿Y por qué lo dejó?
- Por el humo. Por eso a veces toso. Y también porque con los años me acabé aburriendo. Siempre iba por el mismo camino, sobre los raíles. La vida tiene muchos caminos, Elsi.”
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