lunes, 13 de diciembre de 2021

LA DOBLE AUTORÍA DE LA CELESTINA

 La Celestina fue escrita por dos autores: un autor anónimo y Fernando de Rojas. El acto I es obra de un autor desconocido (“manuscrito encontrado”). Fernando de Rojas, estudiante de la universidad de Salamanca, encontraría ese primer acto y decidió continuarla durante los 15 días de vacaciones de Semana Santa, tal y como nos cuenta en el Prólogo. 

Descubre el mensaje oculto tras estos versos acrósticos (si tienes tu propio libro, puedes ir marcando la inicial con distinto color)



EL AUTOR, EXCUSÁNDOSE DE SU YERRO EN ESTA OBRA QUE ESCRIBIÓ, CONTRA SÍ ARGUYE E COMPARA

El silencio escuda y suele encubrir

Las faltas de ingenio e las torpes lenguas;

Blasón que es contrario publica sus menguas

Al que mucho habla sin mucho sentir.

Como la hormiga que deja de ir

Holgando por tierra con la provisión,

Jactóse con alas de su perdición:

Lleváronla en alto, no sabe dónde ir.

PROSIGUE

El aire gozando, ajeno y extraño,

Rapiña es ya hecha de aves que vuelan;

Fuertes más que ella por cebo la llevan:

En las nuevas alas estaba su daño.

Razón es que aplique a mi pluma este engaño,

No disimulando con los que arguyen;

Así que a mí mismo mis alas destruyen,

Nublosas e flacas, nacidas de hogaño. 

PROSIGUE

Donde ésta gozar pensaba volando,

O yo aquí escribiendo cobrar más honor,

De lo uno y lo otro nació disfavor:

Ella es comida y a mí están cortando

Reproches, revistas e tachas. Callando

Obstara los daños de envidia e murmuros; 

Y así navegando, los puertos seguros

Atrás quedan todos ya, cuanto más ando.

PROSIGUE

Si bien discernís mi limpio motivo,

A cuál se endereza de aquestos extremos,

Con cuál participa, quién rige sus remos:

Amor apacible o desamor esquivo,

Buscad bien el fin de aquesto que escribo,

O del principio leed su argumento.

Leedlo y veréis que, aunque dulce cuento,

Amantes, que os muestra salir de cautivo.

COMPARACIÓN

Como el doliente que píldora amarga

O huye o recela o no puede tragar,

Métenla dentro de dulce manjar:

Engáñase el gusto, la salud se alarga.

Desta manera mi pluma se embarga

Imponiendo dichos lascivos, rientes,

Atrae los oídos de penadas gentes:

De grado escarmientan y arrojan su carga.

VUELVE A SU PROPÓSITO

Este mi deseo cargado de antojos

Compuso tal fin que el principio desata;

Acordó de dorar con oro de lata

Lo más fino oro que vio con sus ojos

Y encima de rosas sembrar mil abrojos. 

Suplico pues suplan, discretos, mi falta;

Teman groseros y en obra tan alta

O vean y callen, o no den enojos.

PROSIGUE DANDO RAZONES

POR QUE SE MOVIÓ A ACABAR ESTA OBRA

Yo vi en Salamanca la obra presente.

Movíme acabarla por estas razones:

Es la primera que estó en vacaciones;

La otra que oí su inventor ser sciente; 

Y es la final, ver ya la más gente

Vuelta e mezclada en vicios de amor.

Estos amantes les pondrán temor

A fiar de alcahueta, ni de mal sirviente.

Y así que esta obra, a mi flaco entender,

Fue tanto breve cuanto muy sutil,

Vi que portaba sentencias dos mil:

En forro de gracias, labor de placer.

No hizo Dédalo en su oficio e saber

Alguna más prima entretalladura, 

Si fin diera en esta su propia escritura,

Corta, un gran hombre y de mucho valer.

Jamás no vi sino en terenciana, 

Después que me acuerdo, ni nadie la vido, 

Obra de estilo tan alto y subido

En lengua común vulgar castellana.

No tiene sentencia de donde no mana

Loable a su autor y eterna memoria,

Al cual Jesucristo reciba en su gloria

Por su pasión santa, que a todos nos sana.

AMONESTA A LOS QUE AMAN QUE SIRVAN A DIOS Y DEJEN LAS MALAS COGITACIONES E VICIOS DE AMOR

Vosotros que amáis, tomad este ejemplo,

Este fino arnés con que os defendáis;

Volved ya las riendas, porque no os perdáis;

Load siempre a Dios visitando su templo;

Andad sobre aviso, no seáis de ejemplo

De muertos y vivos y propios culpados.

Estando en el mundo yacéis sepultados;

Muy gran dolor siento cuando esto contemplo.

FIN

Olvidemos los vicios que así nos prendieron,

No confiemos en vana esperanza;

Temamos Aquel que espinas y lanza,

Azotes y clavos su sangre vertieron;

La su santa faz herida escupieron,

Vinagre con hiel fue su potación, 

A cada santo lado consintió un ladrón.

Nos lleve, le ruego, con los que creyeron.


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